LA EXPERIENCIA
Descubre la riqueza natural del entorno de Tarazona y el Parque Natural del Moncayo.
Sorpréndete con los hayedos, encinares, robledales y abedules y disfruta de la riqueza ornitológica de este paisaje.
Turistas, visitantes y residentes pueden recorrer algunas de las zonas más valiosas a nivel paisajístico, guiados y dirigidos por el monitor medioambiental del Ayuntamiento de Tarazona, que interpreta y enseña la singularidad de este entorno natural a bordo de un vehículo todoterreno.
Una aventura accesible para toda la familia.
Dehesa del Moncayo
Este itinerario en todo-terreno, de una duración aproximada de 3 horas, proporciona al viajero la increíble experiencia de conocer el corazón del Parque Natural del Moncayo. Durante la ruta se puede disfrutar de diferentes paisajes, con unas espléndidas vistas del Valle del Ebro y de la zona de cumbres del Moncayo. El recorrido discurre entre hayas, abedules, encinas, robles y pinares, con diversas paradas para que nuestro guía nos pueda contar las maravillas de este lugar tan especial y en algunas ocasiones poder avistar buitres leonados, corzos, zorros, águilas….que viven entre estos bosques.
El Moncayo, montaña mágica, se encuentra aislada entre el Valle del Ebro y la Meseta Castellana y que por sus especiales características de orientación y variedad geológica le confiere unas características especiales, propias del mundo Eurosiberiano y el cálido y seco Mediterráneo.
La gran riqueza natural del Moncayo ya fue protegido a principios del siglo pasado. En 1927 se declaró Sitio Natural de Interés Nacional, siendo posteriormente aprobada la figura de Parque Natural en 1978, desde entonces el área forma parte del Parque Natural del Moncayo, y de los terrenos europeos protegidos como Red Natura 2000, al haber sido declarado también Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario.
Ruta ornitológica por la cuenca del El Val (Birdwatching)
Este itinerario nos muestra, un área con un alto valor ornitológico, se encuentra protegido a nivel europeo como Zona de Especial Protección para las Aves.
Destaca la presencia de numerosas especies de aves, algunas de ellas catalogadas, como buitre leonado, alimoche, búho real, avión roquero, halcón peregrino, garza real, garza imperial, somormujo lavanco, focha, ánade real, cormorán grande, así como la vegetación singular asociada a estos característicos ambientes.
El área se compone de al menos cuatro unidades ambientales claramente definidas:
Zona inundada: se trata del Embalse del Val, a pesar de ser un elemento de origen antrópico se ha convertido en una zona para la observación de anátidas.
Terrenos de naturaleza aluvial: son los terrenos llanos localizados en el fondo del valle sobre los que discurren los ríos Val y Queiles; antiguamente se asentaban tierras de cultivo hoy mayoritariamente abandonadas y donde empiezan a colonizar distintas especies de porte arbustivo o arbóreos como chopos, sauces, nogales, fresnos, etc.
Pinares mixtos: situados en las laderas y planicies, se trata de masas forestales de pino carrasco y un pequeño bosquete de encina, alternados con zonas de matorral típicamente mediterráneo de porte arbustivo donde encontramos especies como aliagas, romeros, tomillos, siempre vivas, salvias, rosas, espliegos, ontinas, jarillas, lastón, abrótanos hembras, uñas de gato, dedalera, espireas y algunos ejemplares de coscojas y sabinas procedentes de la regeneración natural en la zona.
Formaciones rocosas de conglomerados: alineadas a lo largo de la margen izquierda de los ríos Val y Queiles, destacan por tener características paisajísticas claramente diferenciadoras. Podemos encontrar especies típicas como buitre leonado o avión roquero.
Estepas del Valcardera
Localizadas al noreste del casco urbano de Tarazona, es una de las zonas con mayores peculiaridades del término de Tarazona. Se trata de espacios caracterizados por los paisajes en forma de mosaicos, alternando campos de cultivos de secano con formaciones vegetales naturales.
Uno de los principales valores de esta clase de paisajes es la existencia de unas condiciones físico-químicas muy particulares, relacionadas con presencia de yesos, la alta salinidad del suelo y con un clima semiárido, lo que ha permitido la presencia de comunidades vegetales esteparias características, en las que destacan especies como la albada, jara de escamillas, romerillo, herniaria, asnallo, albardín o esparto, escobizo, etc.
También habita una valiosa fauna, gran parte de ella ligada exclusivamente a este tipo de hábitat estepario, con algunas especies catalogadas como el águila real, águila culebrera, aguilucho cenizo, ganga, ortega, garcilla bueyera, alcaraván, críalo, incluso se ha dado alguna cita de alondra de Dupont en las proximidades.
Morfológicamente la zona se caracteriza por la alternancia de cerros compuestos yesos, arcillas, limos y calizas y fondos de valle, resultado de la erosión hídrica, sobre los que se asientan los cultivos y donde afloran materiales aluviales cuaternarios, con el macizo del Moncayo como telón de fondo.
En este ambiente también destaca la presencia del “Barranco de la Cañada Madre”, el cual por razones geomorfológicas conserva su humedad todo el año, sirviendo de bebedero para diversas especies silvestres.